A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta un proceso natural de oxidación, que es responsable del daño celular y del envejecimiento. Este proceso se ve influenciado por una amplia gama de factores externos, los cuales se conocen con el nombre de exposoma. El exposoma es un concepto relativamente nuevo en el campo de la salud que se refiere a la totalidad de exposiciones ambientales a las que una persona está sometida a lo largo de su vida. Estas exposiciones incluyen varios factores externos, como la contaminación ambiental, una mala alimentación, la radiación debida a la exposición solar o a la luz artificial, los productos químicos en el entorno, el estrés psicológico, la dieta, la actividad física, el tabaquismo, entre otros, contribuyendo así al deterioro de la piel y de la salud en general.
Relacionado con el exposoma y los hábitos de vida no saludables, aparece el concepto de «inflamaging«. El concepto de «inflamaging» es una combinación de las palabras «inflamación» y «aging» (envejecimiento en inglés), y se refiere a un estado de inflamación crónica de bajo grado que se desarrolla con el tiempo en el cuerpo, especialmente a medida que envejecemos. Factores como el estrés oxidativo, el estilo de vida sedentario, la mala alimentación, la obesidad, el tabaquismo y el estrés crónico, entre otros, pueden contribuir al desarrollo de esta inflamación crónica de bajo grado. Además, esta inflamación crónica se ha asociado con el proceso de envejecimiento y con diferentes enfermedades, como la diabetes tipo 2, el cáncer, algunos trastornos autoinmunes o enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
A pesar de adoptar hábitos de vida saludables y de que nuestro organismo está equipado con un sistema natural antioxidante, con el paso del tiempo este resulta insuficiente frente a la sobrecarga de radicales libres generados por el exposoma y el impacto del «inflamaging». Es aquí donde entra en juego la importancia de adoptar medidas adicionales para proteger nuestra salud y preservar la juventud de nuestra piel y cuerpo en general, especialmente a partir de los 40 años. A continuación, detallamos algunos tratamientos que pueden ser especialmente beneficiosos para contrarrestar los efectos del «inflamaging» a la vez que promueven un envejecimiento saludable. Por ejemplo, cuando el flujo sanguíneo se ve comprometido debido a problemas con los pequeños capilares, la carboxiterapia puede ser una solución efectiva. Este tratamiento consiste en la aplicación de dióxido de carbono bajo la piel para mejorar la circulación y oxigenación de los tejidos, lo que a su vez ayuda a eliminar toxinas y radicales libres.
La mesoterapia o la inyección de vitaminas debajo de la piel de la cara, cuello y escote son tratamientos altamente efectivos para reducir las arrugas y líneas finas, revitalizar la piel y combatir los signos del envejecimiento. Estas inyecciones proporcionan una dosis concentrada de vitaminas, minerales y antioxidantes directamente en la piel, estimulando la producción de colágeno y mejorando la firmeza y la elasticidad. Estas técnicas son especialmente beneficiosas para áreas delicadas y propensas a la pérdida de volumen y elasticidad, como el contorno de los ojos y el cuello.
La suplementación con vitaminas orales o intravenosas (conocidas como «drips») es especialmente importante debido a la disminución de la absorción de nutrientes sobre todo a medida que envejecemos y nuestras necesidades nutricionales además cambian. Las vitaminas orales pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud ósea, promover la salud cardiovascular, mantener la salud de la piel y el cabello, y proporcionar energía y vitalidad. Por otro lado, las vitaminas intravenosas, o «drips», son soluciones líquidas que se administran directamente en el torrente sanguíneo a través de una vena. Esta forma de administración permite que los nutrientes se absorban de manera más rápida y eficiente en comparación con los suplementos orales, ya que pasan directamente al flujo sanguíneo sin necesidad de ser procesados por el sistema digestivo.
Finalmente, Hydrafacial es un tratamiento facial innovador que combina limpieza, exfoliación, extracción, hidratación y nutrición de la piel, proporcionando a la piel los antioxidantes necesarios para combatir el estrés oxidativo y restaurar así su luminosidad y elasticidad. No obstante, además de estos tratamientos específicos, es importante adoptar una rutina integral antioxidante que aborde diferentes aspectos del envejecimiento y la salud de la piel y consultar con un profesional de la salud para determinar las necesidades individuales y garantizar la seguridad y eficacia de estos tratamientos.
En Clínica Escoda, nuestro equipo médico especializado en tratamientos de antienvejecimiento te asesorará y te proporcionará un enfoque integral para combatir los signos visibles del envejecimiento de tu piel y de tu cuerpo.
En resumen, el concepto de antioxidación es fundamental para comprender cómo nuestro cuerpo se enfrenta al proceso de envejecimiento y a los efectos del exposoma. Adoptar una rutina integral antioxidante, que incluya tratamientos específicos para la piel, suplementos orales e intravenosos y hábitos de vida saludables, es clave para mantenernos jóvenes y saludables a medida que envejecemos. Con el cuidado adecuado, podemos proteger nuestra piel y nuestro cuerpo de los efectos del tiempo y disfrutar de una vida plena y saludable a cualquier edad.